La frialdad del agua en mayo aconseja la utilización de señuelos hundidos

Aunque la climatología de mayo suele ser propicia para la pesca con moscas flotantes en superficie, la frialdad con que todavía fluyen las aguas de los ríos leoneses en estos momentos aconseja la utilización de señuelos hundidos ya que los peces permanecen la mayor parte del día apostados en el fondo, en lugares con profundidad donde se sienten seguros. Para tener éxito con este tipo de engaños es preciso lanzarlos río arriba, por delante del morro de las truchas y dejarlos derivar de forma natural por las cabeceras de los pozos, las tabladas de profundidad media y las caídas de los puertos, que son las zonas más idóneas para tentar a las grandes piezas que esperan pacientemente el alimento que arrastra la corriente. Entre los señuelos de fondo más eficaces se encuentran las ninfas artificiales utilizadas a la polaca, sistema de pesca que consiste en lanzar aguas arriba un aparejo integrado por una o varias ninfas (más o menos lastradas dependiendo de la profundidad del cauce y la velocidad del agua) y dejarlo bajar en deriva muerta por la corriente. Para que este sistema sea plenamente eficaz se precisa que las moscas bajen bien al fondo y actúen con naturalidad, evitando el dragado que puede causar la fuerza de la corriente al actuar sobre la línea y que provoca un movimiento distinto al de los insectos verdaderos que arrastra el agua motivando la desconfianza de las pintonas. Un indicador de picada situado en la línea, entre la punta de la caña y las moscas, puede resultar muy eficaz para controlar la deriva y detectar la picada, manteniendo el puntero de la caña suficientemente alto pero sin llegar a retener el señalizador. Este sistema puede emplearse con equipos de sedal pesado (pesca a látigo) o lance ligero y en ambos casos está prohibido colocar plomadas de arrastre sobre la línea del aparejo aunque estén camufladas bajo la apariencia de un señuelo. Otros señuelos de fondo con interés durante este mes son las cucharillas.